Una mala alimentación durante el embarazo aumenta el riesgo de obesidad de quien está por nacer.
Malnutrición no es estrictamente sinónimo de “no comer” o “comer poco”. Se trata, mejor dicho, de comer mal. La falta de micronutrientes y una deficiente calidad de la dieta durante el período de la gestación pueden ser causa de obesidad en el niño ya nacido.
Esta relación entre los hábitos nutricionales de la madre durante el embarazo y el impacto de éstos a largo plazo en la vida del niño fueron desarrolladas en 1986 por el epidemiólogo inglés, David Barker. El experto postula la existencia de una relación inversa entre las características antropométricas del recién nacido, como lo son la talla y el peso, y el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares a largo plazo y diabetes. Uno de los elementos determinantes que Barker plantea es el déficit nutricional del feto durante la gestación como condicionante de las características de éste al nacer.
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